domingo, 27 de febrero de 2011

Con un "Continuará", como en algunas series de la tele.

Soy feliz, porque tengo miedo de cagarla y que dejes de quererme. Soy feliz como una garza, como un elefante. Soy feliz como las estrellas, que circulan por nuestras cabezas. Y me da miedo ser felíz.


¿Me volveré diferente por serlo? No lo creo. Simplemente estoy asustado. No me creo lo que vivo, ni lo que soy. En cierto modo, sigo siendo un nihilista de pensamiento, aunque halla matado al superhombre.

Queridos humanos,
¡yo no tengo nada que ofreceros! No soy más que una pequeña partícula de ideas que circula en un mar gigante de ellas, zarandeada por corrientes y animales no-racionales que lo dominan todo con el dinero. Pero soy así, me aguanto, me lo trago y me voy con la cabeza bien alta.


He repetido en el eco de la caverna de mi cabeza que soy feliz. Pues bien, acabo de darme cuenta de que no soy feliz por ti, sino más bien, para ti. 
Es extraño y más bien, preocupante. Porque me encanta que esos labios me miren, me encanta que tu nariz se enfade cuando fumo o me fascina que tus ojos me digan cosas que no llego a entender.
Por esa causa soy feliz para ti, porque vivo en la duda, pero al menos vivo y disfruto con esos pequeños detalles.
Y te quiero. Pero no a ti, sino a tu pelo, a tu cara, a tu piel de arena del Kashmir, a tus ojos del cielo de Badgad y a tu dulce saliva de una playa canaria. Quiero a tus palabras cuando hablas mucho y a tu sonrisa. Quiero a tus locuras e idas de olla. Y más que todo, quiero tu modestia, porque eres maravilla que se cree nada.
Y el Querer me hace feliz, porque demuestra que estoy vivo y que puedo vivir para ser felíz, pero más que para ti, por ti.


Gracias, hermanita cosita!

1 comentario:

  1. Cuando te leo , m entra hambre de gominolas.

    Te quiero, hermanito

    ResponderEliminar